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Una obra del pintor mexicano Natal Pesado y Segura en Mondragón: el retrato de Esteban de Garibay

Ana Isabel UGALDE GOROSTIZA, UPV / EHU

En el salón de plenos del Ayuntamiento de Mondragón (Gipuzkoa) se conserva un retrato del historiador Esteban de Garibay (Mondragón, 1533 - Madrid, 1599), de cuya autoría ni de otras circunstancias de su ejecución nada se sabía.

Sin embargo, las actas municipales de la localidad nos ofrecen las claves necesarias para una correcta contextualización. En efecto, en la sesión celebrada el 11 de septiembre de 1879 por el gobierno municipal de la villa guipuzcoana hicieron notar que “por indicación de algunas personas ilustradas había utilizado la estancia temporal en esta villa del pintor mejicano D. Natal Pesado y Segura quien había ejecutado, por el moderado precio de ochenta pesetas, el retrato al oleo del historiador Esteban de Garibay, natural de esta villa, para colocarlo en la Sala consistorial de la misma, tributando así el merecido homenaje al primer escritor de la Historia general de España”. Así, el Ayuntamiento, “asociándose gustoso á tan patriótica idea”, aprobó por unanimidad que se costeara dicho cuadro de los fondos municipales1.

La realización de una pintura de esta índole debemos enmarcarla en los años finales del siglo XIX y los primeros de la vigésima centuria, cuando las distintas villas y ciudades trataban de honrar a sus personajes ilustres con la colocación de sus retratos y otros monumentos conmemorativos en lugares señalados. Así, por citar algunos ejemplos del País Vasco, fueron numerosos los ejecutados en agradecimiento a la generosidad de los indianos para con sus lugares de origen, tales como Romualdo Chávarri y de la Herrera, en Carranza; Martín Mendía, en Balmaseda, y Pascual Abaroa, en Lekeitio. También son de señalar el que erigieron en Vitoria al político Mateo Benigno de Moraza; a Zumalakarregi, en Zegama, o en Portugalete, a Víctor Chávarri. No menos reseñables son los levantados en memoria de exploradores y conquistadores como el de Elkano, en Getaria; el de fray Andrés de Urdaneta, en Ordizia y el almirante Oquendo, en San Sebastián; al músico Juan Crisóstomo Arriaga y al poeta Antonio Trueba, ambos en Bilbao; o en Urretxu, al bardo José María de Iparraguirre.

Mondragón no fue una excepción y entre sus paisanos célebres contaba con la figura de Esteban de Garibay, de cuyos merecimientos nadie dudaba. En un ambiente proclive a estas manifestaciones artísticas, en La Ilustración Española y Americana se publicó en 1872 un grabado de la casa nativa del historiador, acompañado de un escrito del que era a la sazón secretario municipal don Miguel de Madinabeitia. Éste trazó una breve semblanza de Garibay y, como colofón, añadió que en su obsequio “haría algo más si mis recursos estuvieran á la altura de mi voluntad. Por lo mismo, no terminaré este mal perjeñado artículo, sin recordar á mis paisanos ó al Ayuntamiento, que se acerca el año 1874 en que corresponden las Juntas generales de Guipúzcoa á esta villa, y supuesto tenemos un salón digno de la representación del país, sería oportunísimo añadirle un adorno que le falta, y es: el retrato de Garibay”2.

El deseo de don Miguel de Madinabeitia no se cumplió hasta 1879, cuando recaló en Mondragón un joven pintor mexicano, Natal Pesado y Segura.

La presencia de un artista de lejanas tierras en una pequeña localidad guipuzcoana resulta ciertamente sorprendente, aunque no tanto si tenemos en cuenta que el balneario de Santa Águeda atraía a muchos visitantes. El establecimiento de baños, propiedad de la familia Mendía y diseñado por el arquitecto donostiarra Manuel de Ugartemendía, se inauguró en 1827 y se convirtió en uno de los más reputados del norte peninsular. Las obras de mejora llevadas a cabo en 1870 y 1871 contribuyeron aún más a situarlo entre los balnearios de primer orden del estado, donde se alojaban personalidades de la talla del presidente de gobierno Antonio Cánovas del Castillo, que halló precisamente la muerte en el mismo en 1897, víctima de un atentado3. Dada la fecha, es muy probable que la “estancia temporal” del artista en la villa se debiera a que habría acudido a tomar las aguas en el expresado establecimiento.

Natal Pesado y Segura (Orizaba (Veracruz), 1846 - Ciudad de México, 1920) es un pintor del que, al parecer, aún no se ha realizado un estudio exhaustivo. Era hijo del poeta José Joaquín Pesado, uno de los literatos más ilustres de México, catedrático de Literatura en la universidad, que llegó a ser ministro de Interior y de Relaciones Exteriores en 1838 y 1845 respectivamente. Nuestro protagonista se crió en el seno de una familia numerosa (sumaban 17 hermanos, de dos madres), en un ambiente culto, exquisito y refinado4.

Como muchos creadores de su época, participó con distinta suerte en numerosos certámenes de pintura y es conocido que, con el fin de formarse, residió en Italia y en España, países en los que fue agraciado con varios diplomas y nombramientos5. En Roma sus hermanos lo hallaron en marzo de 18716 y en 1883 coincidió allí con el carmonense José Arpa Perea7. Tras una breve temporada en España, en donde trabó amistad con Benlliure y Sorolla, en 1888 se estableció en Florencia8. Muestra de su arraigo en el ambiente cultural español fue la concesión de la Cruz de Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica.

A su regreso a México, fundó en 1894 la Academia de pintura de Orizaba. Un año después, por recomendación del gobernador del Estado de Veracruz, Teodoro A. Dehesa, la trasladó a Jalapa, que se convirtió en un centro artístico de renombre, gracias a su labor y a la del pintor catalán Juan Bernardet y Aguilar9.

Su producción es variadísima y en México es recordado por una obra de carácter militar que se conserva en el salón de recepciones del Palacio Nacional, “Bravo perdona a los prisioneros realistas” (1892), en alusión a un episodio de la guerra de independencia10. Según destacó la prensa de la época11, también fue un buen retratista a lápiz. Aunque el retrato que se conserva en Mondragón es una obra al óleo, técnica que también cultivó.

La pintura, en formato oval, es un retrato de tres cuartos, que tomó como base el grabado que acompañó a la magna obra de Garibay, Los Quarenta Libros del Compendio Historial de las Crónicas y Universal Historia de todos los Reinos de España. En dicho grabado aparece en el mismo formato oval, rodeado por la leyenda “RETRATO DEL AUTOR QUE CON ZELO DEL BI? PUBLICO ACABO ESTA OBRA”. Aparece como un hombre enjuto, con el cabello y la barba cortos y el bigote poblado. Viste jubón y camisa con el cuello de lechuguilla característico de su época y porta en su mano el libro alusivo a su obra. Completan la efigie las armas de la familia y sendas manos que portan la espada y la banderola en las enjutas inferiores. El grabado fue ejecutado “EN MADRID. Por Luis Sánchez, en fin de Abril. Año MDXCVI.”

Natal Pesado omitió todo el acompañamiento heráldico y epigráfico del modelo, así como el libro que porta en su mano, y realizó un busto sobrio, sobre un fondo neutro y sombrío, en el que destaca el rostro barbado del efigiado, enmarcado por el cuello de lechuguilla. Otra de las diferencias a subrayar, con respecto al modelo, es que el jubón que viste es de color negro, de acuerdo con el color que preferían los adinerados de su tiempo. Dejó constancia de su autoría en la firma situada en la parte inferior del retrato: “N Pesado 1879 / Mondragón”.

Para recapitular, no nos queda sino subrayar que Mondragón posee un retrato de Esteban de Garibay de factura más que notable, salido del pincel de un pintor mexicano muy reconocido en su país. Nada se sabía sobre sus andanzas en el País Vasco y, menos aún, sobre si había o no ejecutado algún trabajo. Creemos que esta pequeña obra contribuirá a un mejor conocimiento de Natal Pesado y Segura y a ampliar el catálogo de su producción.

 

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